Celebramos nuestra boda en octubre y confiamos en el catering del Cenador de Amós para servir tanto el cóctel como la cena en este evento.

Desde un primer momento, Carmen supo entender nuestras necesidades, a la vez que nos propuso ideas que consiguieron un gran resultado final. Desde recomendaciones sobre el tipo de comida que podría gustar a nuestros invitados (teníamos invitados de países y culturas diferentes y queríamos que a todos les gustase), hasta aspectos de la organización y decoración (tipos de vajilla, distribución de las mesas, etc.)

Al ser el evento en una casona antigua en Cantabria, donde nunca antes se había realizado una boda, era importante para nosotros poder confiar en que todo saliese perfecto.  Cenador de Amós se adaptó perfectamente a las circunstancias, realizando el trabajo en el espacio disponible (con las restricciones de espacio y movilidad que una casa privada presenta), viniendo a comprobar los espacios con anterioridad y planeando todo hasta el último detalle (salida de los platos, localización de las mesas del cóctel, recomendaciones para salida de novios y corte de la tarta, e incluso teniendo en cuenta la meteorología, opciones para el caso de que el día fuese lluvioso, algo que afortunadamente no ocurrió, pero que es de bastante importancia considerar si la boda es en un sitio como el norte de España).

Como hemos dicho, la planificación fue excelente, pero aunque pueda parecer una obviedad en un sitio como el Cenador de Amós, la comida estuvo a la misma altura.

Todos nuestros invitados quedaron encantados, desde aquellos con gustos más tradicionales, a aquellos con el paladar más aventurero. Con una comida basada en la tradición, pero con un giro, casi un año después, la gente todavía nos recuerda lo mucho que disfrutaron gastronómicamente hablando en nuestra boda.

 

En resumen, repetiríamos totalmente con el Cenador de Amós y su equipo de profesionales, y recomendaríamos a todos que les consideren para su boda, pues no les defraudarán.

 

Leticia y Fabio