David de Jorge, más conocido como Robin Food, es un referente culinario y uno de los mayores divulgadores de la gastronomía en nuestro país. Amigo de esta casa desde hace muchos años, nos ha sorprendido dedicándonos un bonito artículo en el periódico El Correo, en el que habla de cómo nos conoció, de sus vínculos con Cantabria y de sus experiencias en el Cenador, una casa que conoce bien y en la que, sobra decirlo, le tenemos un cariño especial.
El título del artículo, ‘Paraíso Michelin’, ya dice mucho viniendo de alguien con una trayectoria como la suya en el panorama culinario nacional. Su cariño por Cantabria, la tierra que nos recibió y que sentimos como propia después de 25 intensos años de proyecto vital y profesional, también es digno de mención. Para él, somos sus embajadores, y para nosotros es todo un orgullo. A lo largo del artículo, David habla de sus visitas de juventud a la Tierruca, de cómo después conoció nuestra casa, de la larga y profunda historia que caracteriza la casona palaciega de 1759 que hoy en día es nuestro restaurante, del maravilloso entorno y de los sublimes paisajes que caracterizan a esta zona…
«Allí, en ese palacio monumental de Villaverde de Pontones terminado de construirse en 1759 se instalaron hace ya muchos años un navarrico de Azagra y su santa esposa, prendiendo mecha a un proyecto familiar y profesional que los ha convertido en profetas de su tierra y embajadores en el mundo de una Cantabria verde, luminosa y mantecosa, bañada por el mar».
Y, por fin, se mete en faena y empieza a hablar de lo que más le gusta, de lo que más sabe: de gastronomía, de nuestras propuestas, de la experiencia que ha vivido con nosotros. ¿Qué dice? Describe el ambiente que se disfruta desde el mismo momento en que se entra en el restaurante, de los lugares y rincones llenos de personalidad, cuidados todos hasta el más mínimo detalle, de la visita a nuestra panadería y los olores que encierra, del jardín, luminoso y lleno de vida…
«Nada más entrar, te zambulles en el confort de un estilo forjado cliente a cliente, levantado con esa paciente labor de cada uno de los servicios de comidas y cenas, muy poco a poco: restaurando esa pequeña habitación y dando lustre a la escalera, buscando una vieja cómoda en un brocante, un armario de fermentación de panadero o dedicando la vida entera a cuidar de la buganvilla y las hortensias de ese jardín que luce una trabajada naturalidad y campea como si nadie hubiera reparado jamás en él…»
Y, llegado el momento, de la intensa experiencia gastronómica que ofrecemos esta temporada, del homenaje que hemos querido hacer a la huerta y a la esencia de los productos más nobles. En resumen -y sin querer lo explica muy bien- de lo que es la Esencialidad.
«Los platos fuertes, cocido de garbanzos con timbal de huevo y morcilla, la versión fosforescente y sorprendente de unas kokotxas en salsa verde con guisantes, mero con mantequilla de algas y pichón relleno de puerros y hongos. La fruta de la pasión con helado de yogur y una versión estilizada de la tarta de San Marcos, con chocolate y helado de nata, es la mejor patente de corso que tiene la casa para demostrar que sigue viva y forma parte del olimpo de los grandes estrellas Michelin».
Tener amigos y clientes así es siempre un reto maravilloso y supone la oportunidad de seguir haciendo nuestro trabajo con la excelencia siempre como meta absoluta.
Podéis leer el artículo completo en este enlace.
¡Muchas gracias, David, te esperamos pronto de vuelta!